Desarrollo físico:
Aunque el esqueleto de un caballo no se
completa hasta los 4 años y no deja de crecer hasta los 5, a los 3 años ya ha
alcanzado un buen nivel de madurez para soportar el peso de un jinete y el
trabajo de entrenamiento
Desarrollo mental:
A los 3 años, los caballos son más
receptivos al aprendizaje y menos propensos a mostrar resistencia o
comportamientos problemáticos que pueden surgir con caballos más jóvenes o más
maduros, afirma un blog de hipica.
Madurez para el trabajo:Esperar hasta los 3 años permite que el caballo tenga tiempo para desarrollarse físicamente y mentalmente, preparándolo para un trabajo constante y evitando posibles problemas a largo plazo, como problemas articulares
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